Les hemos dicho “adiós” a muchos, con algunos sufrimos, lloramos, y hasta pareciera que les guardamos luto. Con otros nos alegramos, reímos y festejamos eufóricamente, disfrutando un envenenamiento o la sangrienta muerte a cargo de perros hambrientos. En cualquiera de los casos, lo que nos ha enseñado Game of Thrones es que todos y cada uno de los personajes son vulnerables, y darse cuenta de esto es algo que al espectador nos llena de miedo, pero también nos engancha.
Hoy no hablaré precisamente de la muerte (eso lo dejaremos probablemente para el 3er capítulo) hoy quiero abordar las despedidas desde otro punto de vista.
Recordemos la boda roja. El banquete está comenzando, Robb Stark toma asiento junto a Lady Talisa y tienen una fugaz conversación acerca de su futuro, de que ella al fin le comienza a agradar a Catelyn, de que su hijo se llamará Eddard Stark, en honor a su abuelo Ned… lo que sigue, todos lo recordamos. Recalco este momento pues es esta pequeña escena lo que hace más dolorosa la muerte, nos dan un momento muy cercano e íntimo entre dos personajes que nos hace quererlos un poco más, para después cambiar el rumbo de sus planes y finalizar con el atajante arrebato de los mismos.
Este mismo recurso se utiliza en “A Knight of the Seven Kingdoms”, el segundo capítulo de la 8va temporada de la serie, y lo repiten una y otra vez.
Mencionemos algunos. Gray Worm y Missandei, así como Robb y Talissa, haciendo planes para el futuro, visualizándose en las playas de Naath después de la guerra, ¿será que alguno de ellos morirá justo cuando ya tenían planeada su vida juntos?
Sansa y Theon, reencontrándose y alegrándose por ello, con el segundo dispuesto a remendar sus errores pasados y luchar por Winterfell a toda costa, para después verlos cenando juntos antes de la gran batalla que se avecina.
Jaime y Tyrion, con este último incluso hablando sobre su propia muerte, dejándonos con el miedo de saber si es una fantasía o una premonición lo que nos ha dicho. Aparentemente él no estará en batalla, lo mandarán a las criptas en donde estará más seguro, o eso nos quieren hacer creer…
Arya y Gendry, con una Stark que ya no tiene nada qué perder, y que además ha cambiado, ha aceptado por primera vez que la muerte puede llegar por ella y decide aprovechar su posible última noche para experimentar aquello que había dejado toda su vida de lado en su viaje por defender a su familia. En un gesto de sinceridad, Arya se deja ver un poco más humana.
Y finalmente Brienne y Jaime (con las muy atinadas intervenciones de Tormund) que conectan no sólo en un momento, sino en tres que se reparten en el capítulo de manera que el acercamiento va creciendo hasta llegar a la cereza del pastel de este capítulo, el nombramiento como caballero del personaje que posiblemente se lo ha ganado más que nadie, aderezado además con la reacción tan noble de Brienne, una mujer fuerte, leal y grande a la que vemos llorar de felicidad por primera vez.
El recurso del “cierre” de las historias de los personajes en Game of Thrones ciertamente nos augura desgracias, pero esta serie es impredecible, y es que ha habido ocasiones en las que usan esta herramienta y no se resuelve de la misma manera. Recordemos por ejemplo la batalla de los bastardos, en donde una noche antes Tormund y Davos Seaworth tienen una escena de este tipo, con una conversación que habla sobre temas banales pero que nos deja un sabor de boca muy similar a los ejemplos que arriba menciono, sin embargo, los dos sobrevivieron a esta gran batalla.
Por supuesto, no fue lo único que vimos en el episodio, Daenerys intentó fallidamente arreglar las asperezas con Sansa y finalmente se enteró de la verdad sobre Jon, aunque de primera instancia no la aceptó del todo, sin embargo, a pesar de ver estas demás acciones ocurriendo, la esencia del capítulo se siente así, como un cierre entre historias, casi una despedida.
No cabe duda que con esta serie hemos aprendido a que ningún personaje es invencible, pero a lo que nunca nos acostumbraremos y probablemente nunca aprenderemos es a despedirnos de ellos…
Toca esperar la siguiente entrega, que seguramente estará llena de acción, pero también de emoción, dolor y sentimiento, tendremos la batalla más grande filmada para televisión en la historia, y seremos testigos de ello. Nos quedamos por ahora con una sola pregunta:
¿Qué le decimos al Dios de la Muerte? Hoy no, pero la siguiente semana, sí.
Y ahora, unos memes: